La gran mayoría de la gente no sabe estar sola, quieta, en silencio. En el silencio hay una corriente de paz sanadora a la cual todos podemos acceder. Requiere tener ganas de estar quieto y entrenamiento en mindfulness para no engancharte en tus pensamientos.
Estar quieto es una verdadera delicia. Encuentras un espacio en donde tus problemas cotidianos ya no son tan importantes y lo único que importa es la respiración que estás dando en este momento. Simplemente sintiendo cada inhalación y cada exhalación.
Cuando aprendes conscientemente a regresar a este estado de ánimo neutro y regresas a él regularmente, tu relación con tus pensamientos y emociones va cambiando poco a poco. Los pensamientos que te daban miedo dejan de afectarte, los pensamientos que te estresaban dejan de estresarte y las emociones que te asustaban dejan de asustarte. Aprendes a reconciliar todo lo que pasa dentro de ti.
El silencio sana, pero la gran mayoría de la gente ya perdimos el contacto con él. Preferimos llegar a casa a ver series o salir a tomar alcohol.
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Acerca del autor
David es el fundador y director de Libera Mindfulness. Está certificado como facilitador por el Instituto Mexicano de Mindfulness. Se recuperó del Síndrome de Tourette y de Trastorno Bipolar: es lo que más lo motiva a enseñar. Se dedica de tiempo completo a impartir cursos, talleres y retiros de mindfulness. |