Meditar es una experiencia que la mayoría de la gente en occidente jamás ha experimentado. Y como tal, en nuestra sociedad occidental se han creado mitos que han alejado a la gente de la práctica. En este artículo te comparto los 4 principales mitos que he escuchado de la gente como facilitador de meditación mindfulness.
1.- Meditar es algo religioso o espiritual. Hay mucha gente que cree que la meditación está relacionada con religiones o tradiciones espirituales. Si bien es cierto que todas las religiones incorporan la meditación de distintos tipos como parte de sus doctrinas, esto no necesariamente significa que la meditación sea religiosa.
Mindfulness es un tipo de meditación secular que no tiene ningún tipo de vínculo con ninguna religión. Lo que se aprende al practicar mindfulness es a estar en el momento presente de forma equilibrada. Los ejercicios que normalmente se practican son de atención a la respiración, a las sensaciones corporales y a los sonidos. ¿Estar en el aquí y el ahora te parece algo religioso?
A pesar de que el Budismo ha sido la religión que más ha estudiado la práctica del mindfulness, en 1979 Jon Kabat-Zinn fue la primera persona que sacó esta práctica de un contexto religioso y la puso en un contexto científico. Kabat-Zinn diseñó el primer programa de mindfulness secular en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts, fue pionero en su investigación científica y la popularizó en años posteriores a nivel internacional.
2.- Meditar es poner la mente en blanco. Hay mucha gente que cree que cuando alguien se sienta a meditar pone su mente en blanco y deja de pensar todo el tiempo. Esto es falso. Si bien es cierto que meditar implica no pensar al convertirte en observador de tus pensamientos, esto no significa que sea así todo el tiempo.
Cuando nos sentamos a meditar lo que hacemos es prestar atención a un foco de atención, por ejemplo, la respiración. Y nos comprometemos a regular nuestra atención cada vez que nos perdemos en la mente: si nos encontramos atorados en pensamientos de futuro y pasado en ese momento regresamos gentilmente nuestra atención a la respiración.
Cuando inicias una práctica meditativa sin haberlo hecho antes lo más probable es que encuentres muchos pensamientos por doquier, como si tu mente no se callara. Lo que “hacemos” es pacientemente observar cada pensamiento y regresar al presente. Después de un tiempo notarás que se abrirán “brechas” de “no-pensamiento” entre pensamiento y pensamiento. Son hermosos momentos de silencio. No hay actividad, sólo observación. Entonces, poner la mente en blanco es algo que realmente se da pero no de la noche a la mañana. Y ni siquiera se busca, solamente sucede.
3.- Meditar es muy difícil. Hay gente que cree que la práctica de la meditación es algo muy difícil. Dicen que ellos son muy dispersos y que la meditación no es para ellos, es imposible que se concentren. Esto es cierto para quien quiera que lo crea. Sin embargo, la meditación es una herramienta tan simple, tan sencilla que cualquiera puede utilizarla y beneficiarse.
La meditación es tan sencilla como dejar de hacer lo que estás haciendo y simplemente observar. Puedes elegir tu respiración o tus sensaciones corporales como pretexto para estar presente. Sintiendo, percibiendo… Practicar todos los días provocará que poco a poco tu distracción disminuya, pronto te sentirás concentrado y enfocado.
Difícil es un término relativo. Lo más importante aquí es la intención que tengas con respecto a meditar. Si ya estás harto de sufrir, has tenido mucha ansiedad, no puedes dejar de pensar y estás sediento de paz, la meditación será muy fácil para ti porque tendrás la paciencia suficiente para que los resultados se den. Si no buscas obtener nada de la meditación, será difícil para ti porque tu intención no será sólida, no tendrás un motor que te motive a pasar por el proceso.
4.- Meditar es pensar. Hay gente que cree que meditar es pensar, reflexionar. Si bien es cierto que la Real Academia Española define meditar como “Pensar atenta y detenidamente sobre algo“, en el contexto de esta página esto no es así. Cuando aquí nos referimos a meditar nos referimos a prestar atención, observar, sentir, percibir. Para prestar atención no es necesario pensar.
En Occidente vivimos en una cultura de aceleración. Una cultura de escapar del pasado doloroso y perseguir un futuro potencialmente feliz. Estamos tan acostumbrados a pensar todo el tiempo que por eso es raro escuchar que meditar signifique lo opuesto a pensar o analizar. Cuando practicamos meditación poco a poco aprendemos a estar presentes en nuestras actividades, no pensando tanto y fluyendo más en el proceso.
De repente nos sorprendemos al observar cómo disfrutamos más de la comida, del baño, de la naturaleza, de una plática con un ser querido, de tomar un café. Poco a poco observamos cómo la vida no implica tanto pensamiento, en el acto de observar encontramos una paz, un gozo o un entusiasmo inherente a la actividad en la que nos encontramos.
Estos fueron los 4 principales mitos de la meditación que he escuchado de la gente, como facilitador de meditación mindfulness. Si has escuchado algún otro escríbelo en los comentarios y te comentamos al respecto. Si te interesa aprender a meditar conmigo totalmente en vivo en línea da clic aquí para ver todos los detalles.
Acerca del autor
David es el fundador y director de Libera Mindfulness. Está certificado como facilitador por el Instituto Mexicano de Mindfulness. Se recuperó del Síndrome de Tourette y de Trastorno Bipolar: es lo que más lo motiva a enseñar. Se dedica de tiempo completo a impartir cursos, talleres y retiros de mindfulness. |